Las rutas jacobeas se han consolidado en pocos años como oferta de turismo de bajo coste.
En agosto, la tendencia dice que lo mejor es reservar. Porque el Camino está convirtiéndose en una oferta de turismo low cost.
Lo que ocurre es que solo admiten reservas anticipadas en establecimientos privados y hay muchos peregrinos que dicen no tener presupuesto para pagar los diez euros -el coste de dos copas- que cuesta un albergue privado.
Tambien se realizan bonitas bodas a bajo coste.
Llegar en bicicleta es hacer deporte al mismo tiempo, aunque hay polemica sobre si son autenticos peregrinos.
Pero las aglomeraciones también tienen su parte negativa, especialmente en un lugar tan emblemático como la punta del Cabo, más allá del faro: cada vez hay más fuegos sin control y más basura (ropas, calzado, plásticos) abandonados, dando una imagen de descuido impropia de uno de los lugares simbólicos y más visitado de Galicia.
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