domingo, 10 de julio de 2011

SGAE GADAFI GOL ESPAÑA

INFORME SEMANAL : JULIO 2011
LAS CUENTAS DE LA SGAE
La Guardia civil detenía la semana pasada a 9 personas, entre ellas el presidente de la Sociedad General de Autores, Teddy Bautista, y al directivo José Luis Rodriguez Neri. Neri está acusado de desviar fondos de una filial de la SGAE a través de una trama de empresas controladas por familiares y amigos.

El auto del juez dice que Teddy Bautista conocía y consentía esa trama. La operación comenzó un dia después de que la candidatura que apoya a Teddy Bautista volviera a ganar unas elecciones, que ahora también cuestiona el juez.

Mientras se investigan las posibles responsabilidades penales por irregularidades económicas, Informe Semanal analiza la actuación policial, la polémica suscitada y el debate abierto sobre el modelo de gestión de los derechos de autor.
UN BANQUILLO PARA GADAFI
Muamar el Gadafi, uno de los dictadores más sanguinarios y más antiguos de África, es ahora un fugitivo de la justicia. El pasado 16 de mayo, la Corte Penal Internacional emitió una orden de arresto, acusándole de crímenes contra la humanidad.

El hombre que le ha puesto en el punto de mira, ha sido el fiscal Luis Moreno-Ocampo, que ya intervino judicialmente contra la dictadura argentina. Tras la primavera árabe, y por orden de Naciones Unidas, esta fiscalía comenzó a recabar pruebas de la cruenta represión libia, que ha costado la vida a miles de personas.

Informe Semanal ha entrado en los archivos y en la sala de juicios de la Corte Penal Internacional donde trabajan cientos de juristas de todo el mundo, entre ellos, algunos españoles.
EL GOL DE NUESTRA VIDA
Hace un año España vivió una de las noches más inolvidables de los últimos tiempos. El 11 de julio, La Roja ganaba el mundial de fútbol de Sudáfrica. Un gol de Iniesta en los útlimos minutos de la prórroga convirtió en realidad lo que, hasta entonces, para muchos era sólo un sueño.

La selección española de fútbol sólo había alcanzado el cuarto puesto en un mundial. Tras el pitido final de aquel partido agónico ante Holanda, la alegría tardó poco en salir a las calles de todas las ciudades españolas.

Pero lo más importante no fue la euforia desatada, sino el sentimiento de victoria colectiva. Habíamos desterrado la idea ancestral de fracaso y, por unos días, "todos fuimos campeones".

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